Por: Ing. Agr. Andrés Méndez, Director de Desarrollo y Tecnología del Grupo GR.
La inteligencia artificial viene transformando la manera de producir de nuestros campos. Pero su verdadero valor no está solo en la tecnología, sino en cómo la integramos al conocimiento local, al criterio agronómico y a las decisiones que tomamos cada día en el terreno.

La tecnología debe ser adaptada a cada zona productiva de nuestro territorio. Siempre que se habla de nuevas tecnologías o de IA, debería pensarse en el cómo y para qué la vamos a utilizar en cada una de las realidades de nuestro país. Porque, si bien es cierto que la IA está generando una revolución cada día menos silenciosa, lo que mayor peso tiene a campo, es cómo puede ayudarnos a producir mejor desde nuestra realidad, desde nuestros suelos, desde nuestra forma de trabajar y que en definitiva ayude a que los usuarios sean más rentables.
En mi experiencia desde la aplicación de la innovación en el agro, he visto muchas tecnologías prometer soluciones mágicas, otras muy útiles pero poco prácticas y siempre las que mayor causaron en las ventas han sido las más fáciles de usar o las que le generan mayor satisfacción al utilizarlas. Muchas funcionan, otras no tanto y la diferencia está en la claridad de los objetivos de los usuarios.
En la actualidad la utilización de la IA se hace cada día más potente en cuanto a los procesos sistematizados, donde se depende mucho de la repetitividad de la acción y donde debe existir un determinado conocimiento que puede ser complejo o no tan complejo, ej: en cosechadoras hoy es indispensable para lograr la máxima eficiencia de uso tecnológica de la máquina y para el operario no es simple realizar ese trabajo tantas horas al día.
En otros procesos aún no es tan indiscutible y se necesita de un tiempo para generar algoritmos más potentes. Desde el punto de vista que la IA reemplazará completamente a seres humanos no lo veo así con las actuales tecnologías disponibles y aún más complejo cuando se trata de agronomía. Es indispensable que el usuario entienda la tecnología que ofrece la IA para su necesidad y del poder del usuario de ser crítico y tener un diagnóstico lo más acertado posible.
Cosechar datos, sembrar futuro: la IA en el agro argentinoUna nueva forma de pensar la producción
La gran transformación que trae la IA no es solo técnica. Es conceptual. Nos permite salir del modelo de decisiones basadas en promedios, intuición o experiencia acumulada —que, valga aclarar, no son despreciables— y entrar en una lógica mucho más afinada: diagnósticos específicos por lote, predicciones contextualizadas, recomendaciones que aprenden con cada campaña.
“En cosechadoras hoy es indispensable la IA para lograr la máxima eficiencia de uso tecnológica de la máquina y para el operario no es simple realizar ese trabajo tantas horas al día”.
Esto solo es posible gracias a la capacidad de procesar volúmenes muy grandes de datos. Pero no cualquier dato. Siempre se debe entender que el dato que sirve es el del lote que debe trabajar ese productor específico. La variación en las condiciones de cada año, rotaciones, variabilidad de los suelos, cantidad de lluvias en un momento dado del ciclo del cultivo, enfermedades, etc, puede y seguramente va a lograr mejores resultados a los calculados por la IA en precampaña.
Por eso es más importante la adaptación a cada lote en particular según el conocimiento del especialista.
Lo que necesitamos es desarrollar o adaptar inteligencia artificial entrenada con identidad argentina.
Modelos que aprendan de nuestras campañas, que dialoguen con nuestros equipos técnicos, que respeten la diversidad de ambientes productivos del país. Esto no se logra copiando soluciones: se construye desde la articulación entre ciencia, tecnología y conocimiento agronómico.
IA como extensión del criterio agronómico
Me parece que a nadie le interesa una visión de la tecnología que reemplace al ser humano al 100%, pero las necesidades de avanzar en procesos con mejores resultados hacen que en cierta manera se reemplacen algunos puestos de trabajo.
Hoy la IA, potencia el juicio profesional, no lo suplanta. Nos permite anticipar escenarios, detectar patrones, mejorar decisiones. Pero siempre, la última decisión la tiene el productor, el asesor, o el técnico que posea un diagnóstico in situ y con sentido común.
“Lo que mayor peso tiene a campo la IA, es cómo puede ayudarnos a producir mejor desde nuestra realidad”.
De la información dispersa al conocimiento compartido
Uno de los grandes desafíos que tenemos como país es convertir el caudal enorme de información que se genera todos los días en conocimiento útil. Y no solo útil a nivel individual, sino colectivo. La IA puede ser una gran aliada en ese proceso, siempre y cuando se piense como parte de un sistema más amplio.Argentina tiene condiciones excepcionales para liderar este camino: una base científico-tecnológica sólida, un ecosistema productivo diverso, una cultura agronómica activa. Pero para que eso se traduzca en soluciones concretas, necesitamos integración de datos, espacios de formación y estrategias de desarrollo pensadas desde y para el territorio.
Andrés MéndezIng Agr. Director de Desarrollo y Tecnología del Grupo GR. 
Especializado en innovación agropecuaria. Investigador y consultor en políticas de transformación digital en el agro. Trabaja en la articulación entre ciencia, tecnología y territorio para el desarrollo de sistemas productivos más inteligentes y sustentables.
 
					













